Escrito por rsumen.cl
"El Objeto es el ahorro y socorro mutuo de
los asociados, teniendo en vista favorecer su instrucción, moralidad y
bienestar" Estatutos Sociedad de
Socorros Mutuos Carpinteros y Ebanistas
La mayor parte de los chilenos asocia la palabra
mutual, con la empresa que lucra con los accidentes laborales y que, por lo
demás, es propiedad de un grupo empresarial. Sin embargo, la historia conoce
otros significados.
Historia del Mutualismo
Tras las guerras de independencia, Chile inicia
una oscura etapa histórica, donde el ideal republicano de los libertadores es
sepultado por la oligarquía santiaguina. A dicha etapa histórica,
caracterizada por un régimen centralista y autoritario, se le denomina
república conservadora.
Las provincias, lideradas por Concepción, se
sienten defraudadas, también se defraudan los artesanos, hombres de oficios e
intelectuales que vieron como la república se convertía en tiranía.
Estos últimos constituyeron el 10 de abril de
1850 la Sociedad de la Igualdad, donde zapateros, sombrereros, músicos o
sastres se mezclaban con intelectuales, artistas y escritores, como Eusebio
Lillo, Francisco Bilbao o Santiago Arcos. Estos dos últimos volvieron a Chile
desde Francia, donde fueron testigos presenciales del levantamiento
revolucionario de 1848.
Las grandes familias de Concepción, junto a estos
igualitarios, levantaron dos movimientos revolucionarios (1851 y 1859) Ambos
lamentablemente derrotados.
Tras la derrota de 1851 y proscripta la Sociedad
de la Igualdad, muchos antiguos miembros de esta organización política, que
llegó a tener 3 mil integrantes sólo en Santiago, se integran a
organizaciones de carácter social, que en el contexto de derrota y
persecución, se declaran a si mismas como apolíticas. Así, el 18 de
septiembre de 1853, tras los objetivos del socorro mutuo y la educación
popular, surge en Santiago la Unión Tipográfica, presidida por el peruano
Victorino Lainez, la primera Mutual de nuestro país. En esos años, al ideario
republicano de libertad, igualdad y fraternidad, se habían sumado las
primeras ideas socialistas y anarquistas. Ya en 1843 es traducido y editado
en Concepción, el anarquista Lamennais, ideólogo del mutualismo. Los obreros
de las imprentas (tipógrafos) están muy cercanos a estas influencias.
Tras la segunda derrota revolucionaria de 1859,
el movimiento mutualista se expande entre artesanos, en 1862, liderados por
Fermin Vivaceta, se crea la Sociedad de Artesanos La Unión. Entre este año y
1879 Vivaceta, considerado el padre del mutualismo en Chile, participa en la
creación de 15 de estas organizaciones a lo largo del país.
Objetivos del Mutualismo
Por aquellos años no existía ningún tipo de leyes
sociales y las mutuales vinieron a llenar ese vacío. En un primer momento
eran necesidades de emergencia.; la cuota social era destinada a un fondo al
cual recurrían los asociados o sus familiares, en caso de enfermedad o muerte
del trabajador, eran cajas de auxilio o socorro mutuo.
Los mutualistas, rápidamente, descubrieron que
asociados podían acceder a cuestiones que socialmente les eran negadas en
forma individual, como la educación y la cultura. Las escuelas nocturnas para
trabajadores surgen en Chile, no de una política de Estado, sino que de las
mutuales.
En torno a las mutuales surgen bibliotecas,
grupos de música y teatro, escuelas de oficios, grupos de rehabilitación
alcohólica, eran instituciones formadoras y moralizadoras.
Auge y Caída del mutualismo
Así, tras la guerra del salitre, Chile vive el
primer ascenso del movimiento obrero, estos utilizan las mutuales o
sociedades de socorros mutuos como su primera forma organizativa.
Se multiplicaron las sociedades de socorro mutuo
a los largo del país, en 1885 las mutuales de todo Chile convocaron al primer
congreso obrero, que reclama por protección social, protección de la
industria nacional, pide por la libertad de los dirigentes sindicales detenidos
y por una reforma de la guardia nacional (policía de la época).
Entre 1891 y 1924 el mutualismo vivió su apogeo y
plenitud, en el congreso social obrero, donde reclaman por la jornada de 8
horas, el fin de pagos en fichas, y nuevamente, la libertad de los líderes
obreros encarcelados. A esa altura, algunas mutuales contaban con escuelas,
cajas de ahorro y préstamo, centros sociales y hasta orquestas filarmónicas.
Cuando en 1911 se hace la declaración de
principios de la primera central obrera de Chile la FOCH (Federación Obrera
de Chile), ésta se define a si misma como una sociedad de socorros mutuos.
Fueron las mutuales las que encabezaron revueltas
sociales, como la de 1905 contra el alza de la carne, o la huelga de 1908, en
protesta tras la masacre de la Escuela Santa María de Iquique.
Hacia 1923 existían en Chile 98.237 personas
integradas a organizaciones mutualistas.
Al año siguiente (1924) con la creación del
seguro de enfermedad e invalidez en el trabajo, el Estado de Chile empieza el
reconocimiento de su responsabilidad sobre los derechos sociales, de ahí en
adelante, comenzaron a ser creadas una serie de leyes sociales, además de la
legalización de los sindicatos, lo que constituirá el declive de las mutuales
como organizaciones.
La Decadencia
Tras el nuevo escenario, las mutuales buscaron,
de diversa forma, la posibilidad de reinventarse, se abocaron a la
constitución de cooperativas para la vivienda, un derecho que el Estado
estaba aún muy lejos de asumir o los sindicatos muy lejos de arrancar,
también se organizaron cooperativas de consumo. En aquellos años, el
mutualismo intentó administrar fondos de pensión, sin embargo nunca pudo
concretarse esa iniciativa. Hacia 1939 se creó la Central Mutualista de
Chile, la primera a nivel nacional y agrupó a las cerca de 500 sociedades
existentes a lo largo del país. Aún perduraban las escuelas, o las farmacias
a cargo de mutuales, a pesar de ello, en la medida que las luchas de los
trabajadores arrancaban derechos sociales al Estado, las mutuales se fueron
convirtiendo en simples clubes sociales, salones de baile o clubes de
rayuela.
Tras el golpe militar de 1973, con sus locales
allanados, incautadas sus bibliotecas y documentación, se les imponen sus
directivos, por parte de las nuevas autoridades, constituyendo un golpe
mortal al espíritu del mutualismo republicano y democrático por excelencia.
Hoy, a casi 150 años de los orígenes del
mutualismo, éste vive una nueva etapa, algunas de estas sociedades de
socorros mutuos aspiran al nuevo despertar.
El Mutualismo Hoy
El ejemplo de la Sociedad de Socorros Mutuos de
Carpinteros y Ebanistas de Concepción
Que la sociedad mutualista Carpinteros y
Ebanistas fueran uno de los primeros espacios democráticos en Concepción tras
el golpe de 1973, constituye una consecuencia con la tradición histórica de
estas organizaciones y quienes las integran. Por esto, fue allí donde se dio
cobijo al movimiento cultural de resistencia a la dictadura, que se
manifestaba a través de las peñas folclóricas, en años de mucha represión y
apagón cultural.
Ya desde su fundación el 5 de julio de 1903,
Carpinteros y Ebanistas mostró su vocación social. Antes de tener siquiera
una sede para reuniones, arrendaron un local en calle Maipú, en Concepción,
creando una escuela nocturna para trabajadores, que abrió sus puertas en 1905
con 57 alumnos.
La única obra anterior a ésta fue la construcción
de su mausoleo institucional, cuestión que como hemos visto, constituye la
primera razón de ser del socorro mutuo. Una vez construida su sede en calle
Brasil con Aníbal Pinto, por el año 1911, Carpinteros y Ebanistas comenzó de
inmediato una inserción en el sector, por entonces conocido como La Pampa,
que perdura hasta al día de hoy.
Hacia 1936 y tras convenios con el Rector Enrique
Molina Garmendia, la Sociedad efectuó un convenio con la Universidad de
Concepción, que dictaría cursos y conferencias para sus socios.
El año 1940 la sociedad inaugura una escuela
nocturna para mujeres, hacia 1949 un club deportivo y cultural, a futuro
ambos seguirán caminos separados, adquiriendo el Club Deportivo el nombre del
barrio “La Pampa”.
Hoy la Sociedad de Carpinteros y ebanistas está
en una nueva fase, integrada a la organización de sociedad mutualistas del
Mercosur y también a la sociedad mutualista de América (ODEMA), donde uno de
sus miembros, Don José Lira ejerce la Vicepresidencia. Carpinteros y
Ebanistas ha dado un salto enorme, inauguró este 30 de agosto su consultorio
de salud, abierto a toda la comunidad y socios mutualistas de la Región de Concepción.
“Es parte de esta visión del mutualismo, que
pretende rescatar los principios y objetivos que estaban en los orígenes del
mutualismo”, nos señala Don José Gómez, actual presidente de Carpinteros y
Ebanistas, y agrega “Concepción constituye la cabeza del movimiento de
recuperación del mutualismo a nivel nacional, de lo que el mutualismo
pretende ser hoy, sólo en la Provincia tenemos 22 mutuales afiliadas a la
federación, movimiento que impulsa esta recuperación, pero de hecho hay cerca
de 200, pero estas otras sólo tienen la patente para no pagar contribuciones,
pero son sólo clubes de rayuela con casino, pero nada más”.
En este sentido Carpinteros y Ebanistas está a la
vanguardia de este proceso, al cual se han ido integrando las mutuales
tradicionales de la ciudad de Concepción: SSM de Obreros Lorenzo Arenas, SSM
de Zapateros Juan Martínez de Rosas, SSM de Albañiles Francisco Bilbao, SSM
de fleteros y carretoneros Pedro del Rio, Ilustración de la Mujer y Empleados
de Comercio.
José Gómez nos comenta que el centro de salud que
están inaugurando y que cuenta con medicina general, kinesiología y
laboratorio, pretende abrir un centro dental en 4 meses. "Nuestro
objetivo es crear servicios para la sociedad, una nueva economía de carácter
solidario". Nos insiste Gómez, que pretenden conformar un centro de
formación para los dirigentes mutualistas y que pretende profesionalizar el
trabajo de estas instituciones.
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El Mutualismo: Pasado y presente
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